lunes, 3 de diciembre de 2012


Willy

 

  Willy, la orca de "Liberad a  Willy", en realidad se llamaba Keiko y era una orca que pesaba 4.300 kg y 6,40 m de largo. Esta orca fue capturada en Islandia en noviembre de 1979 cuando la orca tenía entre 1 y 2 años para convertirla en la estrella de un parque de atracciones islandés. Durante la quincena de años que pasa en cautividad, Keiko viaja a un parque de atracciones canadiense y, posteriormente, a un parque de atracciones mexicano insalubre.
Tras años de espectáculos y condiciones nada favorables para una orca (pues lo mejor es que vivan libres y no en cautividad), el cine entra en la vida de la orca. Gente de la Warner Bros la observa y la convierte en la protagonista de la película "Liberad a Willy" (1992). La película muestra la historia de una orca encerrada en un parque de atracciones que finalmente reencuentra la libertad gracias a la ayuda de un niño. La historia se parece un poco a la de Keiko, excepto en el final, porque desgraciadamente al final del rodaje Keiko no regresó a su medio natural, el océano.
Aunque un año después, en 1993, los media divulgan al público la verdadera situación de Keiko. El público, emocionado, se moviliza para financiar su rehabilitación con el fin de que la película no sea sólo una historia, sino una realidad. En 1994 el "Earth Island Institut ", asociación de defensa de los mamíferos marinos, se encarga de encontrarle un nuevo hogar para Keiko. Un gran estanque le es construido cerca del acuario de Oregón, desde el que tiene acceso total al agua del mar.
El 7 de enero de 1996 es un día importante para Keiko, ya que después de 17 años de cautividad en un estanque clorado de agua, la orca es trasladada a un nuevo medio en agua de mar natural. Pero durante sus últimos años en cautividad, Keiko se había debilitado y había contraído una enfermedad de la piel, por lo que primero debe recuperar su salud. El nuevo estanque recrea lo más estrictamente posible las condiciones naturales: una simulación de las corrientes, con un fondo diversificado. Así, Keiko regresará progresivamente a la fauna y la flora marina.
A principios de 1997 la salud de Keiko está bien y su enfermedad ha desaparecido. Sus entrenadores le reenseñan a nadar en un espacio más grande y más profundo. Su aleta caudal acostumbradad a girar constantemente, se reincorpora. También reaprende a alimentarse de peces vivos que debe detectar y atrapar ella misma.
En 1999 Keiko reaprende lo que es la vida en mar abierto y libertad, aunque bajo la atenta mirada de sus entrenadores y otros científicos. Y es que la orca debe ser capaz de renovar el contacto con otras orcas antes de abandonar definitivamente su estanque y la compañía de los hombres. Y es que al principio Keiko es muy dependiente del hombre y prefiere ser alimentada de su mano, antes que cazar ella misma sus presas Además, interactúa muy poco con otras orcas salvajes que pasan cerca de la bahía.
 


En el 2002, aunque Keiko consigue nadar con algunos de sus congéneres, siempre vuelve a su estanque a la caída de la tarde. Aunque la asociación sigue buscando a la familia de Keiko y continuarán hasta que la orca se reencuentre con los suyos. Desgraciadamente, el 12 de diciembre de 2003, Keiko es encontrado muerto en Noruega, donde pasó estos últimos años. Sus entrenadores creen que falleció por una neumonía aguda.

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